El punto más crucial
Hoy tocaba hacer el mantenimiento a las cuerdas de yute, aprovechando que la casa estaba vacía durante unas horas (pero sin Amo disponible, que de estarlo, se aprovecha para otras cosas...). Mientras quemaba los pelitos de las cuerdas, les trataba de quitar "la vuelta" y las hidrataba con el aceite de Argan, escuchaba canciones de una playlist antigua de youtube. Hipnotizada con la llama, y el chisporroteo breve de los pelitos chamuscados, como si fuese un proceso alquímico, empezaban a sonar canciones de la adaptación al cine de hace varios años de "El fantasma de la Ópera", que me encanta desde siempre. Y de hecho, analizando en sí el hilo argumental de la novela, las adaptaciones teatrales o la película, le noto ciertos componentes, si no bdsm, al menos tirando un poco hacía ellos. Yo siempre fui defensora acérrima de Erik, el protagonista/fantasma, que en la obra queda enmarcado dentro del perfil de villano. Al margen de sentir predilección por los villanos,