Finde de castigo (parte 1) cuando la lias parda

Bueno, esto tenia previsión de escribirlo como recompensa a un duro lunes, pero por un cambio de planes, me estoy dando el premio antes de superar lo difícil del día...

Os pongo en situación: recientemente he podido entrar en un grupo de conversación que surgió a raíz de uno de los foros que frecuento. La novedad, y el tener más personas que te leen, te comprenden y se interesan por ti, intereses y gustos, me subió la moral. De hecho, fue un lunes o martes que estaba muy, muy desbordada por las cosas por hacer. Se juntó el agobio, con el sentirme sola, con la emoción de sentirme tan acogida, con la ausencia de mi amo... Así que cuando me preguntaron si pasaría una foto mía (por todos irnos haciendo cara de con quienes hablábamos) me llevó la euforia y rescaté una de las redes sociales (total, los que me conocen saben que soy rarita para hacerme fotos, teniendo esa...que importaba). ¿Qué sucede?, que cuando ya la había enviado recordé que una parte de nuestra dinámica D/S de amo y mía, es pedirle permiso para compartir fotografías mías (si se la pido, me deja sin problema, el caso es que NO lo pedí). Podría haberme callado, pero esto se basa en la confianza, la confianza y la entrega. Por lo cuál, cuando te entregas tanto a alguien, dejando cuerpo y mente en sus manos, un error así lo asumes, lo confiesas. Y aunque debo decir que se alegró de que se lo confesara, me advirtió que mi falta tendría un castigo acorde, porqué me falta disciplina. Así que este post va de esto: de la sesión de dos días y la "disciplinización" que recibí. 


Si esto sucedió un lunes/martes, yo ya estaba advertida desde ese momento que el sábado y el domingo me dolería el cuerpo muy mucho. También tuve un asomo de castigo ese miércoles, por la fiesta del cine (post que espero escribir más adelante, y si lo logro, meteré el enlace aquí). Pero centrémonos en lo que nos toca: llegó el sábado.

Juntos, en la misma casa: solos todo el fin de semana. El paraíso. esto va de rituales, ya especificaré en los míos, pero digamos que una vez salí de la ducha, y me preparé como Amo requería, fui hacia el comedor. Ahí estaba Él. Me señaló con sonrisa mordaz mi collar de perra/de sesiones colgado en lo alto del respaldo de una silla. Me dijo que tenía que ir a cuatro patas, como la perra que era, cogerlo con la boca y traérselo. Me puse a cuatro patas, avergonzada y desentrenada después del tiempo que había pasado mi cuerpo sin hacerlo. Llegué al collar, a duras penas llegaba a él, las sillas parecen más altas cuando te encuentras a la altura de una perra. El me hizo un sonido, indicando que la humillación no terminaría ahí ni por asomo: "antes de cogerlo con la boca, juega con el cascabel" (si, mi collar de perra a veces hace el de gata, y tiene un cascabel, enganchado junto a la placa con mi nombre). Ahi ya tenía las mejillas hirviendo, y empezaba a notarme muy, muy mojada. En contra de mi voluntad pero queriendo, como siempre, empecé a jugar con él, dándole golpecitos, haciéndolo sonar, como una auténtica perra que intenta alzarse y no puede, con mis manos perfectamente cerradas y colocadas como patas de animal. 

Cuando amo consideró suficiente espectáculo el que le daba, me llamó llamar al lado del sillón donde estaba descansando. Fui a cuatro patas, me arrodillé del todo, pegada al suelo, y amo me aplastó la cabeza contra ese mismo suelo con su pie, explicándome de que iría el día, en que modo le había fallado, preguntándome si iba a obedecerle en todo... 
Cuando estuvo satisfecho de mi postura, mis ladridos y de sujetar su peso con mi cuerpo, me ordenó ir a la habitación. Esta vez no pude lamerle los pies... me retiró ese privilegio hasta pasado el castigo...


Amo hizo algo que me descolocó: después de tanto tiempo sin haberle podido sentir, y a pesar de lo que hice, me mandó estirar en la cama, quieta, me abrió de piernas, y empezó a comerme dulcemente el coñito. Me advirtió que tenía que avisarle cuando estuviese llegando. Claro, sabeís para que, ¿no?...para dejarme con las ganas! otro tipo de castigo corporal y psicológico.. me moría...me había quedado tan a las puertas... rozando el placer divino... pero no tocaba eso. Aún no.

Lo primero, era copiar, como una niña mala. Amo ya me advirtió que habrían copias. Pero no del modo en que estas serian. Me hizo despejar la mesa del escritorio, y colocar un papel y un bolígrafo encima. Luego, me hizo arrodillarme ante Él, y leer en voz alta desde el bloc de notas de su móvil, (su "bloc de faltas") lo que había hecho mal, y por lo que se me iba a castigar. Humillación y excitación por igual. Cuando ya iba a dirigirme a la silla, dispuesta a copiar, puso un cronómetro con el móvil, y me dijo: si no consigues que me corra en tu boca, en menos de 5 minutos, seré aún más cabrón respecto a tus copias...
En cuanto vi que el cronómetro empezaba a funcionar, con la adrenalina del tiempo corriendo, las consecuencias y el deseo, empecé a devorar lo mejor que pude, la polla de mi amo. Profunda, ahogándome se que le gusta, metiendola a poco a poco, a presión con mis labios, mientras con mi lengua la recorró entera por dentro... metida hasta el fondo, hasta que hace ruido y me ahogo y amo gruñe, retirar mi boca para verla recubierta de toda la saliva que he creado al ahogarme, y mirarle a los ojos mientras sigo. A veces parando para lamerle el escroto, los testículos...pero volviendo a lo fundamental. Hoy no había tiempo, iba a contrarreloj. Tenía que ir a lo seguro. Empecé a combinar el sacarla y metérmela hasta la campanilla, haciendo todo el proceso poniendo mis labios lo más prietos posible, y haciendo fuerza hacia dentro con toda mi garganta para conseguir un efecto de ventosa en toda mi boca lo más apurado posible, respirando apenas por la nariz. Rápido, muy rápido, muy húmeda por dentro. Amo es capaz de aguantar mucho rato sin correrse, por más placer que sienta, pero esta vez fue benévolo, a la par que efectivo las sensaciones intensas junto a la rapidez. Me quedé con la boca tonta. Pero lo conseguí, me sobraron 40 segundos o así si no recuerdo mal. Casi por los pelos.

Esperé, con el semen de mi amo en la boca, a que él me diese la orden de tragarlo o similar. Pero esa orden no llegó, me dijo que tendría que mantenerlo dentro de mi boca, todo el rato que el quisiera, sin tragarlo. Amo cogió la cinta americana termoestática y empezó a cubrir con ella fuertemente mis labios, y a enrollarla, girándola por toda mi nuca y cabeza, dándole unas cuantas vueltas y asegurándola. La cortó. 
Ahora sí, y con eso en la boca, me hizo sentarme en la silla, frente al papel. Primero cogió las cuerdas y empezó a atar mis piernas a las patas de la silla, y la mano izquierda al reposabrazos de la silla "si hubieses tardado más tiempo del que te dí, el brazo que tendrías atado sería el derecho" (soy diestra, así que... una cosa a mi favor, brazo derecho libre). Me tuvo que recordar el contenido de las copias "Este juguete nunca más hará nada sin pedir permiso a su Amo". "Lo quiero perfecto -advirtió- ni una raya, ni una mancha, ni que escribas torcido, ni tembloroso, ni un acento puede faltar". Bueno... yo puedo, yo puedo, no es tan difícil, ¿no?. Mentira, aún quedaban añadidos: me puso lubricante a mi ya mojado coñito de esclava y me insertó uno de los vibradores que tenemos, bien profundo, lo encendió y lo aseguró. "Shit, eso me dificultará lo de escribir recto....". Sacó el odioso aparatito de tortura, sin duda de los que más me aterran que tenemos ahora: el aparato de electro estimulación. Yo ya estaba temblando....lo odio, odio ese chisme. Colocó los electrodos en mi brazo atado, en mi brazo libre para escribir, y por la zona genital. Me muero, me moría más bien. Encendido, dio permiso para que empezara a copiar. Así, sabes? que me temblaba la mano, que moría de dolor y placer... que se me movía la hoja y no tenía con que sujetarla, y cada vez que me venian las descargas, tenía que parar de escribir y apretar fuerte el boli... para no escribir torcido. Cada letra era una tortura. Y el de mientras, pegándome con toda su saña en los dos brazos, las piernas y la espalda con el flogger, cuando menos me lo esperaba, más. Eterno, se me hizo eterno. Pero lo logré! lo conseguí. Amo me dejó tragar su semen, que por error casi trago antes de tiempo un par de veces, ahogando gritos, y me liberó de mis ataduras y la máquina infernal.


Me quedé en posición de espera, y Amo me vendó los ojos con el antifaz que no deja entrar nada de luz, y me amordazó con la mordaza de bola. Acto seguido, me mandó colocarme en posición de exploración (a 4 patas, en la cama, pecho y cabeza apoyadas contra el colchón, piernas muy abiertas, culo expuesto, y abriéndolo más con mis manos) y me ordenó permancer así, mientras notaba que me colocaba el plug morado en el culo. Una vez colocado el castigo seguía, ahora tocaban 60 azotes, con flogger, luego con fusta, y para terminar y aprovechar lo sensible que estaría mi culo, con la mano de mi amo, con toda su fuerza. Aún cegada y amordazada, me hizo colocarme de nuevo con el culo expuesto, y aguantar todos los golpes, haciéndomelos contar (como podía) en voz alta. Creí que no lo iba a aguantar, el nivel había subido respecto a la vez anterior. El plug no ayudaba. Pero pude... y ahora tengo unas preciosas marcas de recuerdo.
A partir de aquí tengo recuerdos difusos/confusos, me notaba la cabeza muy ida. Se que después de eso me folló, obligándome a apoyar todo mi peso sobre mi dolorido y lastimado culo. Recuerdo que me cogió del cuello, y muchos mordiscos, punzantes e intensos, por el cuello, y por los brazos. Los brazos iban a sufrir.

Cuando terminó, me ató a la cama, y empezó un juego con dados. Me explicó: yo tiraré dos dados de 6, uno será para determinar que te sucederá, el otro, para medir durante cuanto tiempo te pasará aquello. Recuerdo con bastante intensidad cuando en el dado salió "tortura" y yo morirme por escuchar sonar la alarma programada que anunciaba que terminaba esa ronda de dados. En tortura, amo venía con la fusta, el floggerr, la rueda de watenberg, me mordía con aún más fuerza, me ahogaba o me hacía cosquillas, todo a su antojo, y sin parar.

En algún momento se hicieron las 12 de la noche, y estábamos exhaustos, tocaba preparar la cena. Fue cuando en el espejo me vi las marcas saliendo del culo, y mis piel pálida con más morados de los que recordamos. Fue una muy buena sesión para ambos.
Mientras cenábamos, me recordó: esto era la primera parte. Mañana seguirá tu castigo, y ya te anticipo que las alarmas del móvil que hoy escuchaste, mañana tendrán su especial importancia también.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Ups! si que la había liado parda, si....




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