Abril sangriento - Sant Jordi

Hacía mucho que no escribía. Se acumula todo. Y eso que no podemos tener intimidad tanto como quisiéramos, la historia de siempre....
Pero el sábado pasado se consiguió ese momento, después de un nuevo mes de espera....

Lamentos fuera: ¿conoceís Sant Jordi? es una festividad que se celebra hoy en Catalunya, es como nuestro San Valentín personalizado. Todo proviene de una leyenda, que en resumen resumido: había un dragón en una ciudad, hace muchos años, al que tenían que mantener contento y alimentar periódicamente, con la persona que saliese a sorteo. Un día le tocó a la princesa, el dragón se la lleva. Y justo cuando iba a ser devorada, aparte el caballero San Jorge (Sant Jordi) embiste al pobre dragón de un lanzazo en su corazón, y al morir este, de la sangre que aparece, nace un rosal, con rosas rojas, preciosas, y el príncipe entrega una de regalo a la princesa.



Bueno, creo que he conseguido sintetizarlo mucho. Pues me parece de nuevo una dulce casualidad que una festividad que se entraña como muy romántica e inocente, reúna elementos como cortar/extraer sangre, y la famosa rosa, ya muy simbólica en el bdsm como os comentaba en otro post en que divagaba sobre ello....

Se juntaron el hambre con las ganas de comer, y es que en este largo mes, no sólo llegaron muchas cosas, pendientes de probar por Amo, sino que estuve de bricosado, creando manualidades, que fueron probadas el sábado. Si con vampiro ya hablaba de una sangría, que costó de sacar, pero se pudo hacer, muy satisfactoriamente, con las cosas que creé y nuestra inventiva, si que puedo asegurar que ha sido un abril sangriento. Os recuerdo que por orden de Amo (personal y para protegerme) no podréis ver fotos del resultado final, ya que son mi culo y mis piernas, pero si os adelanto que me duele horrores estar sentada ahora, más que con ninguna azotaina anterior. Y que las marcas, prometen.

Supongo que, para empezar, debo presentar los objetos de bricosado realizados (al menos los que están acabados y se pudieron probar), que fue a lo que me dediqué en ese mes de sequía, temiendo el dolor que causarían según avanzaban los días y estaban terminados.


Este es erizo, o al menos una captura de pantalla del vídeo que le mandé a Amo, de como estaba quedando. Es una manualidad típica de las de bricosado, la bola de pinchos.Esta en concreto, me inspiró Arween a hacerla, ya que tiene hechas varias, y me explicó al detalle como hace su proceso. Yo estaba como una loca de camino al chino, a comprar materiales para este proyecto y otros, y creo que varié en algunas cosillas como lo hizo ella. Pero el resultado final fue muy muy buena (al menos en la práctica). Para empezar, creo que me equivoqué con el tamaño: mi bola no cabe en una mano cerrada, pero no sobrepasa la longitud de dicha mano, extendida. Lo del peso en su interior y tal, creo que es correcto, o que incluso me pasé, porqué al caer abre la piel en longitudinal. La bola, tiene una cadenita que pasa por su interior, firmemente agarrada, con un extremo por dónde Amo la coge, y la mueve como un péndulo. Otra variación son las chinchetas. Se me aconsejó usar estas:

Que tienen la cabeza plana, para poder adaptarse mejor a la esfera, y 9 mm de "pincho". Pero requieren ir retirando el plástico de colores una a una. Yo, como soy un ansia viva, cogí de otras que no requería ir quitando el plástico:

Eran rollo estas (estoy usando internet para estas referencias, porqué agoté todas...) todas doraditas, sin pieza de plástico que retirar, pero ligeramente abombadas en su base. Con lo cuál me costó más esfuerzo de hundir sobre el porexpan (para que cogiese su forma) e inverntir más cantidad de pegamento de pistola, pero se acababan aferrando firmemente (y han sobrevivido a la sesión y las pruebas). La cosa es que en un momento dado, me dio por compararlas con las de plástico, cuando ya tenía la bola prácticamente terminada, y me horroricé:

- Mierda! estas chinchetas tienen el pincho más grande que las otras!!

Me acojoné viva. Había visto resultando muy buenos ya con las chinchetas cortas. Estas me parecían clavos en comparación (el miedo también ayuda a esa visión). No me veía capaz de soportarlo, pero menos de decepcionar a Amo, tenía que terminar lo que empecé. Y puesto que su reacción fue realmente positiva, me animé (aún acojonada) a usar los "clavos-chincheta" para el siguiente proyecto en mente:


Inspirada en la que teníamos en casa, y viendo que las chinchetas/clavo eran más profundas, hice a Boca de Lobo, una palmeta de madera pesada, cortada como pude con material precario por mi, y diseñada con mucho cariño pensando en mi Amo, ya que él se identifica en la parte primal con un lobo, y sus ojos son verdes e intensos. Cuando Amo cata la sangre, esa parte animal sale de Él. Así que quise hacerle una palmeta que fuese como su alter ego, como un homenaje. Y que a la par de hace daño (como la pala de madera normal que tenemos) que sacara sangre cómo a Él le gusta. Tiene el mango acolchado, y una tira para colgarla en su extremo (que me costó la vida también abrir el agujero, sin que me descubriesen en casa, igual que meter las tachas y asegurar las chinchetas/clavo ( 20, en hileras de dos). La pintura es esmalte y el material intenté por todos los medios que se pudiese limpiar. No tengo fotos mejores de antes de ser usada. A duras penas la terminé a tiempo para la sesión, y ahora está toda la zona roja salpicada de sangre, ya oscurecida. Que podría haberla limpiado... pero me hacía ilusión que se quedara, ya que en principio sólo será para mi sangre esta.


Así que bueno, en esta ocasión no tengo fotos mejores. Pero así os hacéis a la idea de a lo que me refiero. Lo demás fue comprado.

La sesión, para variar, la recuerdo con lagunas. Me recuerdo a mi misma, con ilusión, preparando toda la habitación. De últimas, le dejo a Amo todo el "instrumental de tortura" a mano, y colgado a su alcance. Luce muy bonito a la par que terrorífico, luego me da una pena infinita guardarlo....

Estaba estrenando el liguero con las medias de encaje rositas, que junto a las blancas, habían llegado. El día iba bien, porqué al ser talla de china creía que no me entrarian, o me harían michelines, pero resultaron ser la mar de adaptables y me veía bien con ellas. Amo también me veía bien.

Luego, pude llevar los grilletes nuevos que me regaló, hace un tiempo, de hierro.


 Son preciosos, los recibí con mucha ilusión, aunque aún ando acostumbrándome a ellos. Sobretodo cuando los une una cadena entre medio. Comparados con los de polipiel, el peso de estos y el "cling cling cling" continuo, son un recordatorio continuo y humillante. Es difícil, pero hermoso a su vez. Para terminar el conjunto, ese top blanco y rosa, inocente y super apretado en el pecho, que casi asfixia, pero que el instinto de mi Amo fue correcto, ya que ambas piezas conjuntaban a la perfección (cosa rara cuando cada cosa es de un sitio, bdsm cheap! pero bdsm).

Amo me vendó los ojos con el antifaz que impide totalmente el paso de la luz, me encadenó a la cama con las cadenas pasadas por los grilletes, y me amordazó, con la mordaza que cubre toda la boca, y en su interior tiene una bola acolchada que cubre todo. Me hacía hablar, y me avergonzaba porqué no se entendía ni lo más mínimo. Estuvo torturándome, antes de dejarme sola con mis pensamientos, durante largo tiempo. Me lamia el cuerpo, incluyendo el coño, pero sin terminar en nada. Y yo sentía un ansia interna, difícil de calmar. Había pasado tanto tiempo.... y estaba tan y tan mojada....
También oía como descolgaba de los ganchos improvisados fustas y demás, y yo temblaba de no poder ver y sentirlas por mi cuerpo.

Se hizo el silencio, y la total oscuridad que ya me acompañaba. Me concentraba en mi cuerpo, en las sensaciones. Y en el miedo inminente de haberme pasado con las cosas que había hecho, y que doliesen más de la cuenta.

De repente sentí frío, hielo, en mi interior. Y algo que tocaba mi fondo, y se apretaba. Al rato, lo que fuera que estaba dentro mío, se iba caldeando, calentando, hasta hacerse más soportable. Y mientras tanto, Amo me comía el coño, hasta que me hizo llegar al orgasmo, retorciéndome, y con ese objeto de tortura clavándose en mi pared, chocando. Cuando pude ver más tarde, encontré en la mesita lo que me había causado eso: un plug de cristal, no el del corazón, sino uno más largo, de una rosa, que era precioso. Y más largo de lo que parecía en fotos. 

Llegó el momento de probar cosas. Sin haber sido liberada aún, noté cuerdas de yute raspando y pasando por mis piernas y piel. De nuevo estaba siendo atada, ahora más fuertemente con ellas. No podía moverme nada de nada. Seguía sin ver, sin hablar. Y notaba como algo iba cayendo sobre mi pierna, desgarrando. Era Erizo. Amo me explicó/enseñó como lo había movido en esos momentos. Cuando acariciaba, pero escocía, se clavaban levemente y de manera recta sus puas, moviéndolo el como un péndulo, dejándolo caer. Eso ya generaba sangre. Pero en ciertos momentos, Amo lo agitaba con fuerza (como Gogo Yubari su arma en Kill Bill), y eso era horrible. Caía con el peso interno, y tenía más trayectoria, dejaba como arañazos de animal, largos, de los que salían sangre. Todo esto me dejó una pierna sangrienta, y hoy lunes, aún con costras, pero que parecen estar curando bien. Notaba y oía a Amo, agitado como un animal, lamiendo y apretando mi pierna, y notando el escozor de su saliva en la herida abierta. No obstante, me esperaba cuatro pinchacitos pequeños hechos en la pierna. Cuando me retiró el antifaz, y mis ojos consiguieron adaptarse a la luz, y vi mi muslo, fuertemente atado, con restos de sangre lamida y esos cortes, no lo reconocía. Parecía que hubiese sido atacada por un animal. Era muy raro.

Como no nos quedaba excesivo tiempo, y ambos teníamos ganas (el más, yo miedo) de probar las cosas que quedaban, después de un pequeño break y hablarlo, me mandó colocar boca abajo, aún engrilletada, y me colocó la mordaza de bocado acolchado. Al menos estaría cómoda, pero mis quejas no se oirían. Y probamos varias cosas que teníamos pendientes.

La primera, fue el cepillo del pelo de puas de hierro, que lo encontré en ese lapsus de tiempo por casa, haciendo limpieza, y le añadí una tira para colgarlo. Si golpeas mucho con el, aparte del rojo, deja pequeños puntitos rojos. Pero Amo descubrió pronto que para sacar sangre eran más útiles otras cosas, y que ese cepillo era idóneo para peinar/rascar la piel, siendo aún más molesto cuando todo estaba enrrojecido.

Una cosa más a la lista del dolor. Desde mi posición podía ver perfectamente, como se acercaba a dónde estaba colgado todo, y jugueteaba con las cosas, cogía unas y después otras. Me tenía aterrada. Recuperó el flogger de rosas que hice, y me dió por el cuerpo, tan fuerte que sólo callaban mis alaridos la mordaza.

Pero lo peor estaba por llegar. Primero, Erizo hizo su trabajo, igual que con mi pierna, y la cantidad de sangre fue muy aceptable. Amo la lamía, complacido. Y vi que cogía a Boca de Lobo. Noté como si una superficie dura, me cayese a peso en el culo, pero a su vez, unos dientes se clavasen y se saliesen, en un movimiento rítmico que realmente parecían dentelladas de animal. Las notaba muy profundas dentro, casi que las agujas me eran mucho menos molestas en comparación. Pero ese sufrimiento se volvió en alegría, cuando Amo cogió su móvil, me fotografió el culo y me lo enseñó: eran charcos de sangre, muy espesa, de haberme puesto de pie, hubiesen caido al suelo, llenándolo. De Él haberme seguido pegando de pie, hubiesen salpicado todo. Y Boca de Lobo estaba salpicado de mi propia sangre. Sonreí como una imbécil, quién me entienda que me compre: me aterra a más no poder esto, y ya tenía la satisfacción de haber conseguido sangre en el pasado. Pero haber creado algo, que la sacaba con tan sólo 3 golpes, y ver a Amo tan complacido con ello (y yo tan torturada con el dolor) me hacían sentir muy satisfecha y realizada como esclava, a pesar de ese miedo y dolor. Así que estuve en esa nube, mientras Amo me apretaba y lamía toda mi sangre, en cantidad, y vislumbraba su cara, llena de ella, en mejillas, barbilla, labios y manos. Pareciese que realmente fuese un depredador después de comer a su presa.

Llegó el momento de probar 2 cosas, que vimos en tienda, y supuse que vendrían bien para hacer sangrías: lo primero, unos chismecillos que creaban vacío y ventosa. Su fin no es sacar sangre, pero tuve la intuición que funcionarían, y así fue. Con mi culo ya con la sangre limpia, Amo colocó uno, y empezó a hacer vacío. Yo notaba la piel tirando y tirando, me mareaba un poquillo. Y de repente veo como me acerca a la mano el recipiente, con restos de sangre, roja, líquida y pura. Había hasta un cuajarón pequeño, cosa que me hizo temer la potencia de la ventosa (y la grandaria del orificio para que saliese). Me iba a marear, pero estaba en una posición estable. Mi mano se llenó de sangre, al volcarse el chisme en ella, cuajarón incluido. Amo me dijo que la mayoría se había caído encima de mi culo, al dejar de hacer la ventosa, y me lamió con amor los dedos. Le miraba la cara, los ojos. No podía hablar, pero no hacia falta. Él me entendía, o eso creo. Adoraba su cara y sus manos manchadas de mi dolor. Adoraba complacerle. Y el fue super cariñoso....hasta probar el último de los chismes: 

No sabríamos como llamarlo, pero es de esos ejemplos en los que vas buscando una cosa inocente, y acabas con un objeto sádico en potencia. Era una especie de segueta, enrroscada en 3 partes, pero de hierro grueso, con un mango fuerte, diseñada para rascar suciedad de sitios... pero con un alto filón bedesemero.

Los golpes caían intensos, me recordaban a rayos. No podía evitar levantarme y retorcerme de los golpes. Y entonces Amo hizo algo por primera vez, que me encantó también. Pisaba con su pié mi torso, con fuerza, para "clavarme" en mi posición boca abajo, en dirección al suelo. Notaba su peso y no podía moverme. También mi culo estaba súper sensible, creí llegar al límite, de hecho, en uno de esos golpes cayendo, me desmayé. Y desperté, supongo que al poco, al caerme nuevos golpes. Pero Amo supo parar, y cuando paró y me enseñó los resultados... esa maldita sensación de que quería más, de que tendría que haber seguido más, pero Él me dijo que así ya era suficiente. Mi culo molaba mil. ¿Sabeís las series o las películas (como Dexter) dónde se ve el destello de la trayectoria de la sangre en la pared? justo cerca del manchote de sangre en sí


 Así, como la pared de esta imagen. Pues por primera vez en una sesión vi eso. Vi mi culo con charcos de sangre, y por el muslo/la cara de fuera, la trayectoria de esas gotitas de sangre, dispersadas, de las marcas del impacto, a causa de la velocidad del instrumento golpeando, a la vez que este, al estar manchado de sangre y moverse, deja la estela de la sangre cayendo. Una pasada. Porqué era un nivel que me antojaba muy lejano, no parecía mi culo, no parecía un "chisme/segueta" mío, al observar que los tornillos que lo agarraban y las propias láminas estaban también salpicadas de esa estela, rojo brillante, y no parecía la cara y manos de mi Amo. Parecíamos salidos de una serie de homicidios. Y yo no podía estar más dolorida y más feliz. El nirvana de mi límite en masoquismo, alcanzado.... con esa quemazón de "podría haber dado más" que te causan las endorfinas que tu cerebro, yonki de dolor, liberan para soportarlo... creando así que quieras superar la curva (he leído mucho sobre "la curva", ya dedicaré un post a eso...).

El aftercare de Amo fue curarme las heridas con alcohol puro. Una tortura, pero a la vez, muy necesaria. Me retorcía y el reía. Nos abrazamos. Fue precioso. Y una vez más, lo recuerdo, breve y como un sueño. Cómo si no hubiese sucedido. Hasta que me siento, o me miro las piernas y el culo en el baño, y veo que sí sucedió.

Además, me hizo después un regalo ñoño con Sant Jordi. Todo fue maravilloso. Yo tenía algo en mente, aparte de Boca de Lobo para él... ya veremos si puedo. Lo principal es que no sólo esto fue importante para mí, justo ayer me dedicaba estas palabras por móvil, después de separarnos ayer (cuando yo le explicaba que me rayaba por haberme retorcido tanto de dolor, y que ojalá hubiese aguantado más):

- No seas tonta mi muñeca, y no te sientas rara para nada, porque lo hiciste muy bien. Lo que aguantaste no es fácil, no es algo que de normal se pueda aguantar. Te saqué sangre a golpes en el culo, que se dice pronto, no es cosa de niños....
A mi me gusta que patalees, para ponerte el pie encima. Ademas, ¿dejarte dar mas de que? (refiriéndose a mi rayada de que si yo me hubiese mantenido quieta, el podría haberme golpeado más rato) ¿acaso no soy yo el que decide cuando es suficiente? ¿yo tengo pinta de haberte querido dar mas? Eso es una cosa que no tienes que olvidar, muñeca: el que decide los golpes, soy yo, no tu.

También me dijo que se sentía orgulloso de mí, y que quería atesorar este momento, que para él fue un paso adelante e intenso, y que debía disfrutarlo junto a Él, sin prisas. Que todo estaba bien. Sus palabras me calmaron.

Hoy será un Sant Jordi bonito: mientras me duele andar, por lo que sucedió, iremos paseando de la mano, mirando paradas y rosas, y yo agarrada de la "cadenita" casera que en su día fabriqué, inspirada en esta foto (hay que aprovechar que no queda mucho tiempo más de manga larga):


Te amo mi dueño. Gracias por motivarme en mis estudios y en las cosas que fabrico. Gracias por valorar todo, mi entrega, mi esfuerzo y mi ser. Gracias por quererme tener a tu lado. Y gracias también por ofrecerme momentos románticos, teñidos de rojo sangre y sumisión, como el de Sant Jordi el domingo y hoy. Lo eres todo para mí.





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